EL GRAN LIBRO DEL KYBALIÓN...
LA LEY DE RESONANCIA... página 97 a 101 del libro…
LA LEY DE RESONANCIA.
El término resonancia se refiere a un conjunto de fenómenos relacionados con los movimientos periódicos o casi periódicos; en que se produce el reforzamiento de una oscilación al someter el sistema a oscilaciones de una frecuencia determinada. Más concretamente el término puede referirse a resonancia: acústica, música, mecánica, electrónica, magnética, magnética nuclear, (astronómica, también llamada resonancia orbital).
La Resonancia química es el sistema de
enlace entre los átomos de una molécula que, debido a la compleja distribución
de sus electrones; obtiene una mayor estabilidad que con un enlace simple. En
la física, las partículas, que también están en resonancia se desintegran por
medio de la fuerza en otras partículas más ligeras (como si fuesen ladrones de
corta vida).
3. LA LEY DE
RESONANCIA. –
Todos conocemos a partir de la física el concepto de resonancia (en latín: resonare–resonar). Un diapasón entra en resonancia solamente con un tono que corresponde a su propia frecuencia. Si este no es el caso, el tono ni existe para el diapasón, porque no lo puede percibir. Un receptor de radio sintonizado en onda media, sólo captará onda media en base a su resonancia. No puede reconocer las ondas corta y larga, por eso no forman parte de su "visión del mundo".
De la misma manera, el hombre necesita
dentro de sí, una correspondencia para cada percepción. Esa correspondencia
debe poder "vibrar" a la par (dial de sintonía) de sus deseos y
entonces, a través de esa resonancia se torna posible la percepción. Goethe
describió la resonancia como: si el ojo no fuera de naturaleza solar, nunca
podría ver el sol; si no tuviéramos dentro de nosotros la propia fuerza de Dios. ¿Cómo podrías encontrarte con lo Divino?
Esta formulación de Goethe abandona ya
el nivel puramente físico de la capacidad de resonancia, para transferir el
principio de la Resonancia de forma análoga, desde la metafísica y la física
cuántica. Cada persona puede percibir aquellos dominios de la realidad, para
los que posee una frecuencia de resonancia, de sintonía, de intuición. Esto no
solamente es válido para la percepción meramente sensorial, sino para la
comprensión total de la realidad objetiva. Como todo lo que se encuentra afuera
de la propia capacidad de resonancia, que no puede ser percibido, tampoco
existe para la persona en cuestión. Por esto, cada persona cree conocer la
totalidad de la realidad y que no existe nada más fuera de esta.
Cuando alguien lee un libro, cree que
lo comprende completamente porque lo ha leído. Solo puede absorber aquello que
se encuentra en su actual nivel de conciencia. La mejor manera de comprobar
esto, es volver a leer un libro después de unos años. La conciencia se ha
ampliado con los años, esa es la razón por la cual ahora se comprende "aún
mejor" el libro. Solamente es posible encontrarse con esas ideas, personas
y situaciones para las que poseemos una resonancia propia o como lo llamaremos
de ahora en adelante: “una afinidad muy grande”. Sin la afinidad
correspondiente, nunca se puede producir una manifestación.
Si alguien llega a encontrarse
envuelto en una pelea, no es nunca debido a una casualidad, sino que se produce
solamente por razones de afinidad con una vivencia de ese tipo. La culpa por
las eventuales consecuencias de dicha pelea también es responsable aquel que ha
sido involucrado en ella de manera inocente. Pero sin la afinidad
correspondiente no hubiera sido posible verse involucrado. Si alguien es
atropellado en la calle por un automóvil, ni la culpa funcional, ni la legal
del otro cambian en algo el hecho, de que el accidentado estaba maduro para esa
vivencia.
Si no, este acontecimiento no se
hubiera podido manifestar en su campo de experiencia, para que ese accidente
ocurriese en ese momento de su evolución.
La situación
vivida es como un reflejo. Es un reflejo de la vida cotidiana, es en realidad
donde la persona se ve en un reflejo; solamente a sí misma. Nunca puede ver
otra cosa, que a si misma porque de la verdadera realidad total, objetiva es
igual para todos los hombres (filtrado solamente por aquello que tiene una
afinidad). El que no es consciente de este hecho, cae de forma obligatoria en
comportamientos equivocados; para ellos los otros, en el exterior es quien
tiene la culpa.
Cuando por la mañana me miro al espejo
y veo una cara poco amable, puedo enfadarme con insultos a mi imagen. Pero la
cara en el espejo no se deja impresionar porque, al mismo tiempo el espejo me
inculpa con la misma energía. De esta manera es muy fácil realizar una escalada
de enfados mutuos, hasta que le pego en la cara a quien está enfrente de mí y
destrozo el espejo.
Pero casi nadie jugaría este juego con
el espejo del baño porque tenemos conciencia de su función de espejo. Sin
embargo, la mayoría de las personas realizan este juego en su vida diaria con
los demás, (no es consciente) que hacen de reflejo suyo. Luchan contra enemigos
en su medio ambiente, contra los vecinos y parientes, contra la injusticia de
sus jefes, contra la sociedad. En realidad, todos están luchando contra sí
mismos, por esto es que en todas partes tenemos perdedores y ningún ganador.
¿Contra quién se podría ganar en la esgrima frente al espejo? La resonancia y
el reflejo en el espejo son válidos tanto en lo positivo como en lo negativo.
Si citamos ejemplos negativos, es
porque el sufrimiento del hombre nace de ahí. La mayoría, no obstante, se las
arregla bastante bien con las partes positivas de su destino. Si el ser humano
toma conciencia de la función de reflejo de su medio ambiente, es donde surge
la fuente de información, sólo puede verse siempre a sí mismo; si hubiera una
cámara grabando nos puede mostrar partes de nosotros, que nos resultaría
imposible conocer sin ese recurso. Así es como la observación de la vida
cotidiana y de los acontecimientos con los que nos vemos enfrentados, resultan
ser uno de los mejores métodos para el auto-conocimiento. Porque todo lo que
nos molesta en el mundo, demuestra solamente que es uno mismo; que no está
todavía tomando conciencia dentro de sí. No le gusta al ser humano admitir
esto.
Para el hecho, que alguien se moleste
ver la avaricia de otro, refleja con toda seguridad que, él mismo es un avaro;
de otro modo, esto no le podría molestar. Si él mismo es generoso, no se
polariza en el otro extremo. ¿A esta persona qué le importa la avaricia de los
otros? Por ejemplo, un césped que es verde. No se puede pensar que fuese rojo,
pero es verde y esto si tiene sentido. Nadie se molesta por el color verde del
césped, porque no toca ningún problema que este dentro de la persona.
El hecho de la guerra en el mundo es
una realidad objetiva, tanto como el color verde del césped. Pero en la guerra
se excitan los ánimos y se empieza a luchar por la paz. Se "lucha"
por todo: por la paz, la justicia, la salud, el sentido de la humanidad. Pero
sería mucho más sencillo y exitoso ser dentro de uno la paz, sin lucha. Aquí
tenemos otra vez una de las claves más poderosas para el que sabe usarla. Toda
persona es capaz de cambiar y transformar el mundo, solo con cambiar por
dentro, sin lucha alguna y sin culpar al exterior, a otros. Basta que la
persona cambie por dentro, para que otros muchos cambien, así la sociedad, el
mundo entero cambia con él.
Si en el espejo veo una cara poco
amable, lo único que tengo que hacer es sonreír, y con toda seguridad me
sonreirá. Todos quieren cambiar el mundo, pero pocos usan los medios que llevan
al éxito. Porque quien cambia su afinidad, recibe un programa nuevo, y
observará un mundo distinto.
Cada ser humano vive en su mundo. Hay
tantos de esos mundos como personas. Todos estos mundos no son más que
segmentos o aspectos del mundo objetivo/ o verdadero, que obedece a las leyes y
no se deja impresionar, por la exigencia del hombre para que cambie el
universo. El mundo exterior es la fuente más segura de información sobre la
situación propia, en la que uno justamente se encuentra. Cuando el hombre
aprende a preguntar sobre el verdadero sentido de todo lo que le pasa, se
conocerá cada vez mejor, no solo por sus problemas, sino que también descubrirá
las posibilidades de cambio El ser humano, debería preguntarse ¿por qué me está
pasando esto, en este momento? Hasta que te acostumbres a plantear estas
preguntas también puede resultar difícil encontrar las respuestas.
Estas preguntas, este cambio de
conciencia, este ejercicio te hace maestro y con el tiempo se aprende a
reconocer las situaciones y a ponerlos en relación contigo. Si dentro de mí no
estoy en armonía con las distintas situaciones de la realidad. Si me sucede
algo desagradable hay que dirigir mi atención a la zona enferma del cuerpo, que
nos habla del mal en mi interior, de la emoción reprimida que debo cambiar.
Toda la
gente y los acontecimientos desagradables, en realidad no son más que
mensajeros, son medios para hacer visible lo invisible sacar mi emoción
reprimida Según los más recientes conocimientos de la física cuántica de la
biología cuántica, y de la epigenética se hace cada vez más evidente el poder
de los patrones de las creencias humanas que nos llevan a ser lo que nosotros
creemos que somos: desde la salud hasta la enfermedad, desde la capacidad de
auto curación hasta la capacidad de ser felices.
Los
verdaderos límites se hallan solo en nuestra cabeza Con nuestras convicciones
no solo influimos en nuestra propia vida, sino en todo nuestro entorno. Con
nuestra fuerza mental y nuestros sentimientos tenemos la posibilidad de
facilitar a nuestra vida todos los cambios que deseamos. A través de la
Resonancia entendemos que todo en el universo se comunica entre sí por medio de
vibraciones.
Todas las cosas y todos los seres vivos,
tienen una vibración propia. Existe un campo cuántico que une todo con el todo.
Este campo de energía recibe varios nombres: matriz divina, holograma cuántico,
etc. Este campo energético, funciona como una red compacta tiende una especie
de puente entre el mundo interno y el externo nos permite estar unidos con el
Todo ya sea consciente o inconscientemente podemos llegar a modificar el ADN sólo
con la fuerza mental Lo que sentimos, lo que pensamos o decimos, será captado
por el ADN intensificando el campo de resonancia.
Por ello, cada pensamiento de pérdida
refuerza una nueva pérdida y cada situación con respecto a una victoria
refuerza una nueva situación de victoria todo lo que queremos modificar en el
mundo exterior solo puede ser modificado por medio de la forma de pensar El ADN
tiene condiciones para establecer conexiones con todo lo que existe Esta
comunicación tiene lugar fuera del espacio y el tiempo en una dimensión
superior Mientras mantenemos los deseos y sueños o miedos y temores el campo de
resonancia atraerá lo que tenga una vibración semejante.
La fuerza de las convicciones humanas lo que
hace que nos convirtamos en aquello en lo que creemos Ya sea por la energía del
corazón, la del ADN o la del cerebro, gracias a la fuerza del pensamiento
continuamente –tanto si queremos como si no– enviamos impulsos hacia el
exterior y éstos impulsos chocan con la energía de otras personas que no pueden
evitar vibrar cuando se encuentran en el mismo campo de resonancia Si
utilizáramos esta capacidad disponemos de la posibilidad de transformar nuestra
vida según nuestra voluntad La energía no sabe de moralidad o de utilidad
reacciona sólo de acuerdo con los impulsos que emitimos.
Todo afecta a todo. En el universo cuando una cosa
cambia todo cambia; de aquí el gran poder del hombre para cambiar al mundo,
cambiándose uno a sí mismo.
La Resonancia siempre dice SI y
siempre podemos abandonar una y otra vez este mundo que hemos creado. Solo
hemos de hacer una cosa: modificar un poco nuestras perspectivas. La clave está
en darnos cuenta de cómo podemos transformar de manera consciente el campo de
resonancia de modo que atraemos a nuestra vida las experiencias que deseamos.
En cuanto nos consideremos una parte de este mundo y no algo separado de él
habremos dado el primer pasó para atraer a nuestra vida todos nuestros deseos y
sueños. Cuando comprendamos que estamos unidos con todo, tendremos acceso a la
mayor fuerza del universo.
Se ha descubierto que el cerebro es
moldeable, tiene la capacidad de variar sus conexiones y de crear nuevos
enlaces de neuronas cuando hacemos o pensamos cosas nuevas durante un tiempo.
En un plazo breve, la nueva habilidad, los nuevos pensamientos se convertirán
en una verdad llena de fuerza, el cerebro se ajusta a ello. Solo el trabajo
constante con las nuevas convicciones nos permite eliminar las viejas no
deseadas. Las afirmaciones nos ayudan a transformar nuestra fe de la manera más
rápida. Cuando no disponemos de algo, es que no hemos creado el campo de
resonancia adecuado para ello. En tu mundo solo puede suceder aquello que tú
mismo eres. Cualquier otra cosa no puede realizarse. Cuanto antes entres en
resonancia contigo mismo antes tu mundo cambiará de manera que te parecerá un
milagro ¿Es posible cambiar el mundo de manera duradera por medio del
pensamiento positivo? El principio de la Resonancia siempre dice: si... Te
confirma siempre tu fe. No te contradice. Si por ejemplo crees que tu vida no
funciona o no tiene ningún sentido, con seguridad esto será confirmado por el
universo. Si crees en una relación amorosa, profunda y sincera, si crees en
dinero riquezas interiores y exteriores, si crees que tu vida tiene un sentido
profundo que todo lo abarca… con toda seguridad esto se manifiesta en tu vida.
Porque siguiendo la resonancia, no podrá manifestarse otra cosa. Para la
energía le es igual lo que pides, ya sea elevado o reprobable, si te es útil o
entorpece tu vida. La energía no pregunta sobre lo moral y no valora. La
energía reacciona a cada paso según los impulsos que emites. Todo lo que
poseemos en nuestro mundo interior nos lo encontraremos también en el mundo
exterior, ya que el mundo externo refleja siempre la conciencia interna. Sólo
si alineamos nuestra conciencia de manera concreta, podemos entrar en
resonancia con las cosas que nos gustaría realizar en nuestra vida. Si queremos
conseguir los resultados que deseamos, deberemos empezar a observar y controlar
los pensamientos sentimientos, y acciones porque todo lo que pensamos o
sentimos. TODO produce un campo de resonancia.
Hay un campo
de energía que une todo con todo. Este campo de energía comunica con nuestro
campo de resonancia. Nosotros construimos nuestro campo de resonancia con el
lenguaje de los sentimientos y la energía de los pensamientos, a través de la
coherencia con nuestras acciones. Éstas las transmitimos por medio de nuestro
campo del corazón, nuestro ADN y la fuerza de nuestro pensamiento.
Las distancias carecen de importancia para los
campos de resonancia, lo mismo que el tiempo. Por medio de la Resonancia
estamos unidos con todos y cada uno. Aquello que entra en resonancia con
nosotros, no puede hacer otra cosa que reaccionar con ello. Todo lo que entra
en resonancia con nosotros será atraído a nuestra vida. De la misma manera,
también nosotros seremos atraídos por otros campos de resonancia, cuando vibren
en resonancia con nuestro campo.
Quien comprende esto, ya está preparado para asumir la responsabilidad de su destino, pierde todo miedo ante la casualidad. Solo cuando el hombre está preparado a encarar su destino y está asumiendo toda su responsabilidad, pierde el miedo. El que se cambia a si mismo cambia el mundo. El sabio está en armonía con todas las situaciones de su Ser consciente, vivirá mejor de todos los mundos posibles que se le puedan dar. Él, ve la realidad y reconoce todo lo que es, está bien. Él ya no busca la felicidad, porque la ha encontrado dentro de sí mismo.
#elgranlibrodelkybalion
#pacocifuentes07
Paco Cifuentes
Comentarios
Publicar un comentario