LA HERENCIA DE LOS TEMPLARIOS Y SU FINAL. PARTE 1ª.
Otra reflexión para debatir…
EL GRAN LIBRO DEL KYBALIÓN...
LOS TEMPLARIOS PARTE 1ª página 38-29-40 del libro…
La palabra templario se le da al miembro de una orden religiosa y militar, son monjes guerreros y constituyen una de las órdenes militares creadas para proteger al PAPA. La palabra templario hace referencia a que la primera sede de la orden en Jerusalén, se ubicaba en el recinto de lo que fue el destruido templo del rey Salomón. La Orden del Temple fue una de las más célebres órdenes militares de la Edad Media. Con una corta historia de apenas dos siglos, su final fue tanto horrible como polémico.
Poseían un gran poder, tanto militar como económico, lo que despertó las envidias de los gobernantes de aquella época. El sello de los caballeros templarios que muestra a dos miembros de la orden subidos en un solo caballo, símbolo de su pobreza. También es visible el mensaje: "Sigillum Militum Xpisti" ("Sello de los soldados de Cristo"). Su lema en latín era "Non nobis, Domine, non nobis. Sed Nomini Tuo Da Gloriam" ("No a nosotros, Señor, no a nosotros. Sino a Tu nombre sea dada la gloria").
Aprobada oficialmente por la Iglesia católica en 1129, durante el Concilio de Troyes (celebrado en la catedral de la misma ciudad), la Orden del Temple rápidamente creció en tamaño y poder. Los caballeros templarios tenían como distintivo un manto blanco con una cruz roja dibujada en él. Militarmente, sus miembros se encontraban entre las unidades mejor entrenadas que participaron en las Cruzadas. Los miembros templarios no combatientes de la orden gestionaron una compleja estructura económica dentro del mundo cristiano. Crearon, incluso, nuevas técnicas financieras que constituyen una forma primitiva del moderno banco. La orden, además, fue edificando una serie de fortificaciones por todo el territorio del mar Mediterráneo y Tierra Santa.
Felipe IV de Francia, fuertemente endeudado con la orden y atemorizado por su creciente poder, comenzó a presionar al papa Clemente V con el objeto de que tomara medidas contra sus integrantes. Aquellos que querían enterrar o sepultar a los Templarios fueron el Rey de Francia, Felipe IV "el Hermoso", el Papa Clemente V y los dominicos (una orden muy
experta en este tipo de jugadas).
La tónica del monarca francés fue un intento de poder absoluto, donde estorbaban los Templarios que estaban exentos de algunas situaciones jurídicas, además de su poderío económico, que humillaba a un soberano lleno de deudas. Felipe IV pidió el Papa Clemente V que los humillara, diciéndole que no convenía al pontificado una Orden sin control; por su excesivo poder y el peligro de una rebelión. Hay quienes dicen que, un templario expulsado fue el que mejor ayudó al monarca, sin que hayan trascendido los motivos.
La tónica del monarca francés fue un intento de poder absoluto, donde estorbaban los Templarios que estaban exentos de algunas situaciones jurídicas, además de su poderío económico, que humillaba a un soberano lleno de deudas. Felipe IV pidió el Papa Clemente V que los humillara, diciéndole que no convenía al pontificado una Orden sin control; por su excesivo poder y el peligro de una rebelión. Hay quienes dicen que, un templario expulsado fue el que mejor ayudó al monarca, sin que hayan trascendido los motivos.
El caso es que el rey fue recogiendo todo tipo de agravios, de infundios (o mentiras) vertidas contra los Templarios y se fue con ello, para regalárselo a los dóciles oídos de Clemente V. Con esta alianza consiguieron que la inquisición fuera contra los Caballeros del Temple. Floriano, el templario expulsado aseguraba que al ingresar en la Orden sus miembros renegaban del Salvador; pisoteaban y escupían en la cruz. Que en compensación de su celibato se les permitía la sodomía (ciertos actos sexuales u homosexuales) pecado que los maestres daban su absolución.
Que adoraban ídolos y que sus sacerdotes omitían en la misa las palabras de la consagración, etc. Los intentos del rey francés comenzaron en Lyon, en el año 1305, con motivo de la coronación del arzobispo de Burdeos, Beltrán de Got, que pasaría a llamarse Clemente V. En 1307, Felipe IV, se encontraba hasta arriba de deudas, por lo que decidió pedir un préstamo a la orden templarios para iniciar una nueva cruzada, la séptima.
Que adoraban ídolos y que sus sacerdotes omitían en la misa las palabras de la consagración, etc. Los intentos del rey francés comenzaron en Lyon, en el año 1305, con motivo de la coronación del arzobispo de Burdeos, Beltrán de Got, que pasaría a llamarse Clemente V. En 1307, Felipe IV, se encontraba hasta arriba de deudas, por lo que decidió pedir un préstamo a la orden templarios para iniciar una nueva cruzada, la séptima.
Además, al rey no le había sentado bien que los templarios hubiesen rechazado unirse con la orden del Hospital, más humilde y con menos poder que dirigía Felipe IV. Por ello, y cegado por la envidia, por las deudas hacia ellos, decidió realizar un plan para acabar con estos. De esta manera podría hacerse con todos los bienes y riquezas de la orden y así solventar las deudas que tenía el reino. Entonces empezó la persecución y un gran número de templarios fueron apresados, inducidos a confesar bajo tortura y quemados en la hoguera.
En el año 1307, Jacobo de Molay último maestre templario, secundando los deseos papales
de Cruzada, llegó a Francia para reclutar tropas y abastecerse para su marcha a Tierra Santa. A su paso por el país escuchó las calumnias propagadas por el rey contra su Orden y acudió ante el Papa solicitando un examen para comprobar la falsedad de tantas mentiras. Clemente V accedió a sus deseos, pero también escribió al monarca francés por carta el 24 de agosto de 1307; la investigación que iba a realizar Jacobo. Felipe IV, disgustado porque quería apoderarse de los bienes templarios y aconsejado por su ministro decidió adelantarse.
Así, el 13 de octubre de 1307, al finalizar el funeral por la condesa de Valois, el maestre Jacobo de Molay y los templarios que le acompañaban fueron arrestados y encarcelados acusados de utilizar artes oscuras; lo mismo que todos los templarios franceses, a los que confiscó todos sus bienes, bajo pretexto de la inquisición. Clemente V por su parte ordenó entonces arrestar a todos los templarios y poner sus bienes bajo dominio de la Iglesia; algo que el rey no aceptó, así que amenazó al Papa y éste no pudo hacer otra cosa que aceptar.
Entre las acusaciones del rey Felipe IV que aportó a la inquisición, se encontraban renegar de Jesús, adorar a otros ídolos, escupir en la cruz y la sodomía (ciertos actos homosexuales entre ellos). Gracias a la tortura llevaba a cabo por la Inquisición, se obtuvieron las confesiones de los acusados que para evitar la muerte, afirmaron todo aquello de lo que se les acusaba. Jacobo de Molay dijo no me siento capaz de soportar ni un momento más esta amarga prueba. “¡Díganme de lo que van a acusarme, señores inquisidores, que estoy dispuesto a confesarme autor de la muerte del mismo Jesucristo!".
Poco a poco se fue ejecutando en la hoguera a los templarios, bajo las órdenes del monarca a pesar de que en algunos casos no existían sentencias definitivas. Estas ejecuciones se iniciaron en el mes de abril de 1310. Pero días más tarde de las ejecuciones individuales, fueron llevados a la hoguera más de cincuenta templarios, en las proximidades del convento de Saint-Antoine; por orden del monarca de Francia.
Para aumentar el sufrimiento, se escogió un tipo de leño que ardía más lento… para que la muerte llegue más lentamente. De esta forma que el suplicio resultó más inhumano. Durante el suplicio los condenados clamaban por su inocencia y se acogían a Dios. Además, siguieron quemándose a templarios por distintos puntos de Francia, sin esperar a que se dictaran sentencias definitivas.
Unas veces eran los obispos los que firmaban las órdenes y otras el inquisidor general de París, fiel servidor de Felipe IV.
La pantomima se había preparado meticulosamente, no parecía que nada pudiera fallar a la hora de llevarse a cabo ante el público. Sin embargo, los primeros acusados que se presentaron ante el tribunal defendieron al Temple y amenazaron a la inquisición con poseer un ejército de dos mil Templarios escondido y listo para liberarles. Pero ningún ataque se produjo, y por ello los siguientes meses, como nadie se ponía de acuerdo para escoger a los defensores de los Templarios (Jacobo de Molay renunció a su defensor por analfabeto). El tribunal se parecía más al teatro, que sólo deseaban ver desaparecer a la Orden. A puerta cerrada, los "actores" representaban los papeles que se les había asignado, sin despertar ninguna emoción.
La bula para la supresión o nulidad de la orden, Vox in excelso, se firmó el 22 de marzo y se leyó el 3 de abril públicamente. ¿Por qué se dejaron apresar los miembros de la orden templaría? Una de las razones sin duda, fue la avanzada edad de la mayoría de los templarios que vivían en Francia. Después de servir un tiempo en Oriente, muchos habían regresado a Europa para ocupar puestos en la administración.
En 1312, Clemente V cedió a las presiones de Felipe IV y disolvió la orden. La casi total eliminación de la orden templaría, dio lugar a especulaciones y leyendas que han mantenido vivo hasta nuestros días el nombre de los caballeros templarios. Clemente V anunció la supresión de la orden del Temple en el concilio de Vienne, que se celebró entre el 16 de octubre de 1311 y el 3 de abril de 1312. Además, bajo las órdenes del rey francés se había vuelto a someter a torturas a los templarios encarcelados, consiguiendo nuevas confesiones sobre adoración al diablo y prácticas homosexuales.
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